martes, 13 de mayo de 2014

Un loco del deporte

Se escuchaban los hierros, el rose de los zapatos contra la pista, la respiración agitada, un aire de tención que olía a perfección. El amigo, el maestro, el rebelde, el loco, detiene el combate.
Quién diría que el payaso, mimo, preparador físico, músico y  vendedor de libros es un gran maestro de esgrima.
Enmanuel Hoyos Victoria nacido el primero de diciembre de 1964 en Cali-Colombia. Antes de entrar a esgrima le gustó fue la gimnasia pero por cuestiones de la vida, no pudo entrar, vio un florete y su amor y curiosidad por el deporte le nació. Comenzó a  entrenar y entre retiradas y regresos pudo ir a si primera competencia y empezar un siclo que después le traería múltiples títulos ,como: Subcampeón-Juvenil en la modalidad de sable, tercer puesto-Mayores en sable, subcampeón- Juvenil en sable, primer puesto-Mayores en florete, subcampeón equipos-juegos bolivarianos-subcampeón juegos nacionales Cartagena en sable-primer puesto en equipos-juegos nacionales de Bucaramanga del 96 en florete y muchos logros más, este siclo competitivo fue el que hizo que su deseo de continuar en el deporte siguiera, haciendo que naciera la perseverancia y la disciplina.
Su peto negro, su sudadera y sus tenis lo acompañan día a día en lo que él llama su profesión, su trabajo. Lo que él considera que es un constante esfuerzo por obtener un resultado, que aunque muchas veces no ve lo que quiere, ve resultados con cosas que ni siquiera ha enseñado.
El maestro, después de preguntarle que le habría gustado hacer si no hubiera conocido la esgrima, se sonríe, piensa en una posible respuesta y después de unos tres minutos cuenta, que le habría gustado ser músico, desde joven, incluso antes de amar la esgrima, amaba la percusión, tocaba flauta y guitarra, esto le dio la oportunidad de viajar a diferentes países como Perú, Ecuador y Venezuela a hacer presentaciones con su grupo de la universidad. Es un loco por la música, ha llegado hasta combinar la esgrima y el ritmo, dos partes de su vida.
Después de un sin número de: “Nos vemos loquito” este amigo cuenta que en su casa le decían loco, pues todo lo que él veía en la calle tirado lo recogía y se lo llevaba, porque muy seguramente con cada cosa que encontrara crearía algo, pero después de tantas limpiezas y botar lo que para el eran tesoros y para su familia basura, solo pudo crear un cometa que hoy cuenta con orgullo y de manera jocosa que fue lo único que pudo hacer.
A los 42 años llegó a Antioquia y este se convirtió sin duda en el creador y fundador del grupo que hizo renacer la esgrima. Dejó claro en su recuerdo que aunque paso la mayoría de su vida en Cali, no volvería.
Este hombre que enseña día a día lo que mejor sabe hacer se ha convertido en un gran conversador, en alguien que ayuda a hacer reflexionar a las personas, en alguien que forma y enseña al mismo tiempo, en un amigo que potencializa el amor en común de otros por un deporte, a romper las reglas permaneciendo en ellas, a vivir la vida de una manera loca y como dice él: “Los únicos que vivimos la vida somos los locos”

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